La flor que calma los sentidos.
El espliego es una variedad de lavanda autóctona, profundamente ligada a nuestro entorno y a la tradición aromática local.
Aunque las más conocidas suelen ser la lavanda francesa o inglesa —de la variedad angustifolia—, el espliego se distingue por un perfil aromático y funcional diferente. Mientras la lavanda angustifolia se asocia a un efecto más sedante, el espliego destaca por su capacidad para calmar sin adormecer: induce un estado de relajación manteniendo la claridad y la atención.
Su floración tiene lugar durante el verano, momento en el que se recolecta y se destila cuidadosamente. De este proceso se obtienen, por un lado, el hidrolato y, por otro, el aceite esencial, que concentra el carácter aromático de la planta en su forma más pura.
Un aceite esencial pensado para acompañar momentos de pausa consciente, descanso activo y equilibrio emocional, sin desconectar del todo.