Cálida, reconfortante y luminosa.
El aceite esencial de naranja invita a soltar y a disfrutar del momento presente. Su aroma dulce y amable crea ambientes relajados y alegres, especialmente útiles cuando hay reuniones, encuentros o situaciones cargadas de tensión.
Aporta una sensación de cercanía y bienestar que ayuda a suavizar el ambiente sin imponerse, haciendo los espacios más acogedores y habitables.
Durante los meses de invierno, la naranja dulce se convierte en una aliada natural. Para madurar, el fruto ha necesitado el sol del verano y el otoño, concentrando en su esencia toda esa luz y energía que tanto se agradece cuando los días son más cortos y apagados.
Un aroma que reconforta, anima y devuelve vitalidad al hogar.