El paso esencial —y a menudo olvidado— tras la limpieza del rostro.
“La jara, una flor singular que solo crece en el sur de la península ibérica, también es protagonista del tónico floral de jara y azahar. Libre de alcohol y agentes de relleno como el agua, deja la piel hidratada y elástica.”
Vein Magazine
La jara y el azahar, dos plantas profundamente ligadas a la tradición botánica, son las protagonistas de este tónico floral.
Su fórmula, elaborada exclusivamente a partir de hidrolatos puros, está libre de alcohol y de agentes de relleno, y está pensada para hidratar la piel en profundidad, devolverle elasticidad y acompañarla justo después de la limpieza.
Durante años, el tónico ha sido uno de los grandes desconocidos de la cosmética. Sin embargo, su función es clave: equilibrar el pH cutáneo tras la limpieza y preparar la piel para que pueda mantener sus procesos naturales de regeneración.
El hidrolato de jara aporta una acción calmante y reparadora especialmente valiosa en pieles sensibles o reactivas, mientras que el azahar contribuye a suavizar la piel y a devolverle flexibilidad y confort inmediato.
La fórmula se completa con otros hidrolatos florales que refuerzan la hidratación y el equilibrio cutáneo:
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Hidrolato de geranio, equilibrante y armonizante.
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Hidrolato de rosa, suavizante y altamente hidratante.
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Hidrolato de lavanda, calmante y reparador.
El resultado es una piel más hidratada, elástica y receptiva, preparada para absorber mejor el sérum y el resto del ritual de cuidado.